sábado, 29 de septiembre de 2012

Servir y proteger... a las personas.

No quiero ir ni de víctima ni soy un héroe. Lo que me ocurrió, le pudo pasar a cualquier de las 6.000 personas que estuvieron en Neptuno el pasado 25S, y las decenas de miles de estos últimos días.  Me tocó a mi, y espero que aquellas personas que dieron las órdenes de cargar indiscriminadamente y detener arbitrariamente paguen sus delitos. 

Los héroes son aquellas personas que han perdido su hogar, o su trabajo; las madres y padres que intentan sacar a su familia adelante, el estudiante que no puede matricularse este curso. Las víctimas son nuestras jóvenes exiliadas con la condena de no poder vivir la vida a la que tenían derecho. A todas ellas, y muchas más nos debemos.

Las cargas policiales fueron terriblemente desproporcionadas. Las detenciones arbitrarias ( e incluso aleatorias). Pero las cámaras estaban ahí. La policía no pudo mentir en su atestado, puesto que eran muchas las cámaras que gravanan “ resistencia pasiva desde el suelo impidiendo el paso de los agentes”. Ante este “grave delito” la jueza me imputa tres delitos que podrían acarrearme 4 años de cárcel.

La Unidad de Intervención Rápida (antidisturbios) parece toda cortada por el mismo patrón. Nada bueno puedo decir de ellos. El 29 S me acerqué a todos los policia que pude, para pedirles que acudan a su sindicato si les dan órdenes ilegales. Todos ellos me asintieron, y uno me dio la mano de forma escondida... 

No obstante, en la comisaria de Moratalaz debo decir que algunos policías (brigada de información) me trataron bien. Ellos saben quienes son. Dos de ellos me confesaron que no les gustaba lo que estaban haciendo, y que preferirían fichar a políticos y banqueros “estamos trabajando ello” les respondí en acento mexicano “ Made in Aznar”. En algunos podía ver humanidad en el trato, pero también miedo a expresarlo. Me resulta evidente que los culpables son los responsables. Sé que no es políticamente correcto, pero las personas que trabajan en la policía lo hacen, en su mayoría con la vocación de servir y proteger. Aunque a veces, con toda la presión a la que todos estamos sometidos se les pueda olvidar. Supongo que alguno de ellos me leerá. A ellos les quiero pedir perdón, aunque os pueda parecer paradójico, si alguna vez perdí los nervios, ante la angustia de verme injustamente detenido y maltratado. A ellos, a los buenos policias, les pido que se rebelen ante las órdenes que atenten contra los Derechos de las personas, a las que se deben. No deben seguir esas órdenes, y pueden estar seguros, que les ayudaremos y les apoyaremos. Luchad por las personas y no por los políticos y banqueros. Tened la valentía de ver la realiad como es, y no como os la quieran hacer ver.

Mientras me fichaban escuchábamos las órdenes que se retransmitían por radio “han ordenado cargar y detened a todos”, pude escuchar a un policía, cuyo número de placa tengo apuntado en el anverso del informe médico

La obediencia debida no es un eximente, pero para mi los verdaderos culpables son los altos cargos que dieron esas ordenes por motivos políticos, en contra del Orden Público que aseguran defender. También en contra de las personas a las que deben proteger de los abusos de los poderosos.

Al día siguiente tenía un cita con un extranjero con orden de expulsión. Rogué, una y otra vez que me permitieran llamarle, o que le llamaran ellos, para que esta PERSONA pudiera ser asistida. Al ver mi insistencia me aseguraron que “lo hemos notificado a nuestros superiores y lo están gestionando” Mentira. Ni siquiera les había dado su nombre o teléfono....

La comida no era mala, pero alimentarse durante dos días a base de fabada asturiana precocinada, no debe ser bueno, ni para el colesterol, ni para la capa de ozono. El problema venía siempre con el agua. ¿ Por qué no facilitan botellines para que la gente pueda beber? Tampoco puedo comprender por qué la luz depende del carcelero de turno, porque igual te la apaga, o igual no. Y cuando llevas 2 días encerrado en un habitáculo de 3*2 sin reloj ni referencia alguna, mantener los “bioritmos” resulta fundamental.

Un policía me dedicaba mirada de psicópata (cabeza agachada y ojos hacía arriba) quizá para intentar amedrentarnos. Es evidente que no lo consiguieron. Conforme pasaba el tiempo, algunos policías se dieron cuenta de que no era normal, que por supuestos delitos leves ( que se demostrará que no existen) se nos aplicara el tratamiento que reciben personas peligrosas que han hecho mucho daño a la sociedad.

Cuando nos transportaban hacia los juzgados de plaza de Castilla, el “amable” conductor accionaba el freno de mano, sabiendo que detrás, esposados y hacinados, éramos zarandeados como muñecos. Todas las mañanas descubro moratones nuevos. No son los moratones los que me duelen. Me duele sentirme maltrado y humillado, por aquellos que tienen la obligación de servir y proteger a las personas. No a los políticos. La soberanía reside en el Pueblo, y los políticos son depositarios de la misma. Pero eso no les da derecho a hacer lo que les venga en gana. La ley debe ser la expresión de la voluntad popular. Y no expresada cada cuatro años, sino todos los días. Porque hay medios para hacerlo, y sino lo hacen es por no compartir el poder.

También quiero recordar a mis compañeras, María, Ainhoa, Laura, Angel, Manuel, Juan, Antonio, Daniel, Jesus, Mario, Saul, Rafael, Virginia, Saul, Gabi, Roberto, Paty, Jairo, Miguel Angel, Cristobal, Javier, Jsé, Pablo, Rodri Leadro, Daniel, Wiber, y alguno que seguro me dejo en el tintero. A tpdos les queiro dar las gracias y decirles que siempre estaré con ellos.

Nosotras, las personas de este Pueblo, merecemos ser defendidos de la violencia del más fuerte. No podemos supeditar nuestros derechos a “los mercados” porque dejamos de ser ciudadanos, y volvemos a ser vasallos de los poderoso y las multinacionales.

Esta tarde iré a la Plaza de las Cortes. Porque allí deposité mi soberanía, y la han secuestrado. Lo haré por solidaridad, porque yo tuve la suerte de tener una familia maravillosa que me proporcionó educación y con mucho esfuerzo logré un futuro, que ahora veo tambalearse. Pero millones de mis semejantes no tuvieron esa suerte, y me siento totalmente solidario con todas ellas. Mi abogada me ha desaconjado ir, puesto que si me detuvieran ( arbitrariamente como la otra vez) puedo pasar 4 años en la cárcel. Me gustaría que, si algún político lee este artículo se preguntara ¿ Qué clase de país hemos creado que un ciudadano puede pasar cuatro años en la cárcel por defender sus derechos fundamentales?
 
Por último, quiero pedir la dimisión inmediata de todos los reponsables políticos y policiales. La imposición por parte de la Troika de sus políticos deslegitima el mandato constitucional que recibieron las Cortes, motivo por el cual, deben disolverse, y convocar elecciones donde todas podamos elegir en paz y libertad el sistema político que queremos.

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